Qué es la Gestión de elevación y delegación de privilegios (PEDM)?

La escalada de privilegios es una de las tácticas más habituales que usan los ciberdelincuentes para acceder sin autorización a sistemas sensibles. En muchas organizaciones, gestionar los privilegios elevados sigue siendo un reto importante, lo que las deja expuestas a amenazas internas y externas.

La Gestión de elevación y delegación de privilegios (PEDM, por sus siglas en inglés) resuelve este problema ofreciendo un control detallado y bajo demanda de los privilegios de los usuarios, lo que permite proteger los activos críticos con total confianza.

Entendiendo las bases de PEDM

PEDM es una alternativa más precisa y flexible a las medidas de seguridad tradicionales. Permite un control granular a nivel de procesos, asegurando que cada usuario solo pueda realizar las tareas para las que está autorizado, en condiciones concretas y en momentos determinados.

Este control detallado mejora la seguridad sin sacrificar la eficiencia operativa, ya que ajusta los permisos a las necesidades reales del negocio. En la práctica, PEDM permite definir con exactitud “quién puede hacer qué, cuándo y bajo qué circunstancias”, reduciendo riesgos y manteniendo flujos de trabajo ágiles.

Beneficios para la empresa al implantar PEDM

Adoptar PEDM aporta ventajas importantes, como la reducción drástica de la superficie de ataque gracias a la gestión precisa de privilegios y la eliminación de cuentas de administrador permanentes.
También facilita el cumplimiento normativo al generar registros completos de auditoría y un control exhaustivo del acceso. Los beneficios se aprecian desde el primer día, ya que las políticas de seguridad se gestionan desde una consola centralizada.
Además, PEDM es fácilmente escalable y utiliza una arquitectura cliente-servidor moderna, diseñada para entornos corporativos.

Características clave de una solución PEDM completa

Una buena solución PEDM debe incluir:

  • Elevación de privilegios: aplicar políticas para conceder privilegios solo cuando se necesiten, manteniendo un registro detallado de todas las actividades.
  • Delegación de privilegios: asignar permisos según funciones o responsabilidades específicas.
  • Elevación Just-in-Time (JIT): permitir que los usuarios soliciten y reciban acceso temporal de forma rápida y segura.
  • Supervisión y control: vigilar quién utiliza privilegios, garantizando transparencia y seguridad sin afectar al rendimiento.

PEDM schema

Por qué las organizaciones lo necesitan

Los entornos IT actuales suelen tener problemas como exceso de permisos, mal uso de privilegios y cuentas de administrador permanentes, que suponen un riesgo elevado. A esto se suma una creciente presión regulatoria, lo que exige un enfoque más granular para gestionar los privilegios.
PEDM aborda directamente estos problemas y reduce el riesgo sin perjudicar la operativa diaria, complementando las estrategias de seguridad existentes y cubriendo necesidades que otras soluciones no resuelven por completo.

Casos prácticos de uso de PEDM

PEDM es útil en muchas situaciones, como:

  • Operaciones de mantenimiento IT que requieren privilegios elevados temporales.
  • Resolución de incidencias en aplicaciones sin dar acceso completo de administrador.
  • Instalación y actualización de software con la mínima exposición de seguridad.
  • Entornos de desarrollo que necesitan permisos elevados específicos.

Cómo funciona PEDM

PEDM concede privilegios a nivel de aplicación o proceso, no a la cuenta completa. Si un usuario necesita realizar una tarea que requiere privilegios, el sistema eleva los permisos temporalmente para ese proceso concreto, manteniendo seguras el resto de las operaciones.

El Principio del menor privilegio en PEDM

PEDM se alinea totalmente con el Principio del menor privilegio (PoLP), que limita el acceso a lo estrictamente necesario para que un usuario desempeñe su trabajo.
Esto ayuda a reducir riesgos controlando el acceso a recursos (por ejemplo, bloqueando conexiones innecesarias de ciertas aplicaciones) y supervisando en tiempo real su comportamiento, incluidas las interacciones con discos, redes y otros componentes del sistema.
De esta forma, se minimizan riesgos de seguridad mientras se mantiene un equilibrio entre protección y productividad.

PEDM en el camino hacia Zero Trust

PEDM encaja perfectamente con los principios de Zero Trust al:

  • Verificar cada solicitud de acceso, independientemente de su origen.
  • Aplicar autenticación y autorización continuas.
  • Controlar de forma granular el acceso a recursos.
  • Mantener registros detallados de todas las actividades con privilegios.

Cómo se complementan PEDM y PAM

La Gestión de accesos privilegiados (PAM) y la Gestión de elevación y delegación de privilegios (PEDM) cubren aspectos distintos pero complementarios:

PAM: protege las cuentas privilegiadas y gestiona el acceso a sistemas críticos a nivel de cuenta, además de supervisar las sesiones.
PEDM: actúa a nivel de procesos, permitiendo la elevación de privilegios solo para tareas específicas, sin dar acceso total de administrador.

Juntas ofrecen:

  • Más seguridad: PAM controla quién accede a las cuentas privilegiadas y PEDM garantiza que se usen con los mínimos privilegios posibles.
  • Menos superficie de ataque: PEDM reduce la dependencia de cuentas de administrador permanentes.
  • Mayor control: PEDM aporta control granular y específico por tarea, complementando el control general de PAM.
  • Mejor cumplimiento normativo: PAM graba y audita las sesiones, mientras PEDM aporta registros detallados de accesos y aplicación del principio de mínimo privilegio.

Conclusión

La Gestión de elevación y delegación de privilegios (PEDM) ofrece a las organizaciones las herramientas necesarias para aplicar un control realmente granular del acceso sin perjudicar la eficiencia.
Al eliminar la necesidad de cuentas de administrador permanentes y aplicar controles precisos a nivel de proceso, PEDM ayuda a reforzar la seguridad y, al mismo tiempo, a mantener la productividad.

Explorar soluciones como WALLIX PEDM puede ser un paso clave para fortalecer la seguridad y avanzar con confianza hacia un modelo Zero Trust.