Cómo establecer una ciberestrategia frente a las crecientes amenazas ?

Opinión experta de Edwige Brossard, Directora de Marketing y Producto, WALLIX.

 

Septiembre 2022

A medida que se implanten nuevas prácticas y medidas de seguridad, se crearán nuevas soluciones para que los actores de las amenazas cambien constantemente sus tácticas y busquen nuevos caminos para acceder a los sistemas vulnerables. Esta dinámica puede parecer un juego interminable, así que ¿cómo pueden las empresas salir adelante gracias a la ciberseguridad?

Al echar la vista atrás sobre cómo ha cambiado el panorama de la ciberseguridad en los últimos años, podemos esperar que este año también sea significativamente diferente a los anteriores, con nuevos desafíos, amenazas, herramientas y tácticas; en especial ahora que estamos experimentando un nuevo mundo laboral en el que muchas empresas se suman a la transformación digital y crean nuevos modelos híbridos.

Sin embargo, a pesar de los obstáculos, las empresas deben preparar una nueva estrategia capaz de hacer frente a los actuales retos de seguridad. Si las organizaciones quieren tener alguna oportunidad frente a los actores de las amenazas que trabajan las 24 horas del día utilizando nuevos métodos para penetrar en las redes, las prácticas de seguridad y los procesos generales deben actualizarse cuanto antes. Existen numerosas áreas, desde formaciones de repaso hasta la comprobación de las lagunas en las cadenas de suministro de software, en las que las organizaciones deben actuar correctamente para establecer las mejores prácticas de seguridad en la era de las crecientes ciberamenazas.

La reeducación es la clave

Toda buena estrategia de ciberseguridad implica un equipo de especialistas certificados y bien formados. A medida que el riesgo cibernético sigue evolucionando, los equipos de seguridad de IT deben ser ágiles, adaptarse rápidamente a los cambios en el panorama de la ciberseguridad y hacer el esfuerzo de mantenerse totalmente al día en materia de amenazas emergentes y posibles prácticas inadecuadas. También es importante que las empresas eduquen a todos sus equipos de seguridad y empleados con el objetivo de minimizar el riesgo y garantizar una buena ciber higiene dentro de la empresa.

Puede que algunos empleados no sean conscientes de los hábitos laborales que pueden llegar a poner en peligro la seguridad de la empresa, como la conexión de los dispositivos de trabajo a redes externas no seguras, por lo que es crucial que las empresas lleven a cabo esta tarea correctamente, sobre todo porque los ciberataques sofisticados no dejan de incrementarse. Para combatir el creciente riesgo cibernético, las organizaciones pueden aumentar fácilmente la concienciación cibernética organizando seminarios regulares sobre seguridad y ofreciendo recursos de formación en ciberseguridad para los empleados que lo deseen. Además, si las organizaciones quieren comprobar si sus empleados comprenden realmente el impacto de un posible ciberataque, estas pueden establecer pruebas periódicas de ciberseguridad para que los equipos las completen.

Hacer que la seguridad móvil sea una prioridad

En el mundo actual los dispositivos móviles representan casi la mitad del tráfico web en todo el mundo, por lo que no es de extrañar que tener implementada una seguridad móvil de alta calidad sea fundamental para lograr una estrategia cibernética óptima. La nueva fuerza de trabajo híbrida -con empleados que trabajan tanto a distancia como en la oficina- ha planteado nuevos retos de seguridad y ha hecho que más dispositivos inseguros accedan a archivos o datos críticos que pertenecen a la organización. Además, es posible que los empleados no sean conscientes de que los actores malignos pueden acceder a los sistemas de la organización a través de cualquier dispositivo móvil que esté conectado a la red de la empresa.

Por lo tanto, todas las estrategias cibernéticas deben considerar la instalación de las últimas soluciones de software antivirus en todos los dispositivos móviles de los empleados. Además, es imprescindible que las empresas informen a sus empleados de que si dejan sus dispositivos a la vista y desprotegidos, los actores de la amenazas se aprovecharán de esta vulnerabilidad. Las empresas también pueden asignar dispositivos a cada empleado y comunicarles cómo practicar una buena higiene cibernética cuando trabajan a distancia, por ejemplo, evitando las redes WiFi inseguras cuando se conectan al entorno online de la empresa o actualizando regularmente las aplicaciones y sistemas operativos.

Controlar las deficiencias de la cadena de suministro

Si pensamos en los ataques más impactantes del año pasado, incluido el ataque de ransomware de Kaseya que afectó a hasta 1 000 empresas en todo el mundo, podemos afirmar que muchos de ellos fueron el resultado de actores de amenazas que aprovecharon las vulnerabilidades en las operaciones de seguridad de los proveedores y cadenas de suministro. Lo que nos tranquiliza es saber que estos ataques pueden prevenirse mediante la implementación de soluciones de gestión del acceso privilegiado o gestión del acceso privilegiado. Al proteger las conexiones y eliminar el acceso innecesario a los sistemas sensibles por parte de personas no autorizadas, las empresas pueden evitar cometer los mismos errores.

Para proteger mejor las conexiones, las organizaciones pueden emplear una nueva estrategia que consiste en conceder los mínimos privilegios posibles a los empleados, partners y otros usuarios externos. También hay una gran cantidad de herramientas tecnológicas que las organizaciones pueden utilizar para rastrear y supervisar la actividad cuando se accede a materiales e información sensibles. Asimismo, las empresas pueden aplicar los principios de Zero Trust, segmentando siempre las redes y no asumiendo nunca la identidad de un usuario para proteger los entornos digitales. Basado en el principio «nunca confíes, comprueba siempre», Zero Trust impide el movimiento lateral en una red y bloquea automáticamente cualquier actividad maliciosa.

Duplique la seguridad de los endpoints

Por supuesto que una buena seguridad de los endpoints sienta las bases de una ciberestrategia adecuada: proteger todos los endpoints de la organización, desde los ordenadores portátiles hasta los terminales seguros de los edificios, es fundamental para evitar que la empresa sea víctima de campañas maliciosas y amenazas internas. La seguridad de los endpoints (opens in new tab) puede incluir sistemas de seguridad web proactivos y el último software antivirus, un firewall integrado (opens in new tab) que bloquea los ataques hostiles a la red incluso cuando se lanzan desde dentro de la misma, pasarelas de email que impiden que los correos de phishing entren en las bandejas de entrada y sistemas de aprendizaje automático que pueden clasificar y detectar nuevas ciberamenazas a medida que surgen. Un elemento importante de la seguridad de los endpoints es también asegurarse de que sólo las personas autorizadas tienen capacidad para acceder a los archivos sensibles o a los terminales que almacenan información valiosa.

A primera vista, las herramientas de seguridad para endpoints pueden parecer caras, pero estos costes no son nada comparados con los fondos potenciales que la empresa se ahorrará al reforzar las ciberdefensas de primera línea. Según el informe de IBM sobre el coste de una filtración de datos, en 2021, el coste medio de una filtración de datos equivalía a unos 31,1 millones de libras, y sin incluir las pérdidas adicionales que puede sufrir una empresa por el deterioro de la confianza de sus clientes. Está claro que las pérdidas potenciales son demasiado devastadoras como para que las empresas no cuenten con una seguridad de endpoints eficiente.

Actualizar y adaptarse a las nuevas normativas y amenazas de seguridad no es tarea fácil y establecer las mejores prácticas de seguridad en toda la organización tampoco se hace de la noche a la mañana. Pero como los fallos de seguridad provocan una gran pérdida de confianza de los clientes, así como altísimas multas, las empresas ya no hablan de la ciberseguridad como una «tarea». Ahora, las organizaciones tienen el «deber» de proteger mejor su negocio de las amenazas. Si las empresas quieren mantenerse al margen de los titulares y seguir siendo seguras, es esencial que estas revaloricen la seguridad y se aseguren de que los procesos y las medidas que están en marcha se ajustan al panorama actual de la ciberseguridad. Es necesario que las empresas implanten políticas nuevas y actualizadas que cumplan con la normativa cambiante, presten atención a la búsqueda y solución de las lagunas existentes en sus cadenas de suministro, y eduquen a los equipos de IT y otros empleados ahora que están a tiempo, de lo contrario se arriesgan a sufrir graves y costosas consecuencias en un futuro.